Las dos caras de una misma moneda

La ley de dependencia siempre ha sido insuficiente, pero es en 2014 cuando se produce la mayor reducción en la lista de espera, que sigue siendo infinita, para las personas en situación de dependencia. ¿Cuál es el precio de esta decisión? Con esta adaptación de la ley de dependencia, se regula y restringe el reconocimiento de los derechos de este colectivo así como la concesión de una serie de prestaciones destinadas a mejorar su calidad de vida. Como conclusión, el número de personas que pueden beneficiarse de esta ayuda, QUE NECESITAN, ha disminuido considerablemente. La nueva regulación pretende reducir la lista de espera a costa de eliminar la posibilidad de optar a dicho derecho a aquellas personas que no cumplan con un grado de minusvalía mínimo, establecido a partir de un baremo cuanto menos cuestionable. Otra forma directa de reducción de la lista es posible gracias al fallecimiento en los últimos años de aquellos individuos con las ayudas reconocidas pero no entregadas por su estado “en lista de espera”. Por desgracia, en VITA somos continuamente testigos de esta problemática que atañe cada día a una cantidad mayor de personas y con unas consecuencias cada vez más nefastas. Hemos estado cerca de fallecimientos en los que se ha puesto en duda no sólo el derecho a la calidad de vida de estas personas sino ya el propio derecho a la vida. Nuestro principal motor es ayudar a todas las personas que necesitan HOY de estas ayudas, mejorar su calidad de vida y la de sus familiares. En situaciones de crisis económicas como la que vive nuestro país son los más indefensos los que al final sufren la falta de una gestión adecuada y necesaria. Por ello, es imprescindible la conciencia y defensa de los derechos de aquellos que necesitan más que nadie una VIDA que vivir digna.