El deterioro cognitivo a lo largo de la vida

El incremento de la esperanza de vida está ligado a un aumento en la prevalencia de enfermedades relacionadas con la vejez. El deterioro cognitivo es una condición que se encuentra presente en un 18,5% de las personas mayores de 65 años. Esta dolencia supone una alteración de la capacidad intelectual, que puede afectar a las principales funciones cognitivas: memoria, lenguaje, atención, orientación...

 

El deterioro cognitivo puede afectar en distintos grados.

Mientras que un deterioro leve, permite que el usuario siga llevando una vida normal (olvidos sin importancia, no encontrar la palabra adecuada), un deterioro avanzado genera en el usuario una pérdida total de la capacidad para llevar a cabo las actividades básicas de la vida diaria. La detección temprana y la actuación ante los primeros signos de deterioro cognitivo es de vital importancia. En ocasiones en las que el deterioro es causado por una depresión o por la toma de algunos fármacos, este puede ser reversible siempre que se detecte de forma precoz. Aún cuando no es reversible, una rápida actuación puede enlentecer el deterioro ayudando a que el usuario mantenga su autonomía por un tiempo más prolongado y mejore su calidad de vida.

 

¿Cómo podemos detectar el deterioro cognitivo?

Algunos de los signos que puedan hacernos sospechar la presencia del deterioro son: - Olvidar cosas con más frecuencia - Olvidar eventos importantes - Mostrar dificultad para seguir instrucciones - Mostrar dificultad para llevar a cabo tareas que requieran una secuencia de acciones - Mostrar dificultad a la hora de seguir una conversación o la trama de una película o un libro - Mostrar un comportamiento más impulsivo - Mostrar dificultad para llegar a sitios conocidos - Desorientación Existen diferentes pruebas de fácil aplicación, útiles para detectar la presencia del deterioro cognitivo, que pueden ser aplicados por el médico de atención primaria. Consisten en una serie de tareas y preguntas para evaluar la memoria, la orientación y la capacidad para seguir instrucciones. Para casos en los que los signos del deterioro son muy leves, es necesaria una evaluación más profunda realizada por un neurólogo o neuropsicólogo.

Aunque actualmente no exista cura, el deterioro cognitivo se puede detectar y se debe tratar para ralentizar su avance.