¿Cuáles son los principios que defiende VITA Profesionales?

En VITA buscamos ofrecer un servicio de calidad donde la persona se sienta tratada de la mejor forma posible. Para ello, VITA se basa en un decálogo cuyos principios son la base de todo nuestro trabajo: 1. CONFIANZA. El trato que se le da a cada persona es cercano y cariñoso. Se persigue que el profesional tenga cierto apego con ella y viceversa, de modo que los problemas que pueda tener este último puedan transmitirse al profesional y este pueda poner todos los medios a su alcance para ayudarle. El profesional cuando ya conoce a la persona de la que se va a hacer responsable intenta adelantarse a posibles problemas que pueden surgir, y se prepara para cualquier tipo de imprevisto. Si un usuario tiene incontinencia urinaria, por ejemplo, el profesional le preguntará en periodos cortos de tiempo si necesita ir al servicio, o si usa pañales, irá preparado con repuestos en caso de necesitar cambio, etc. Para que este principio pueda cumplirse, es imprescindible también la confianza de las personas responsables, familiares, tutores, cuidadores, etc. con el profesional, proporcionando los datos que sean necesarios para el conocimiento de la persona en cuestión, los posibles problemas que pueden surgir y así poder trabajar en conjunto para solucionar cualquier tipo de imprevisto. 2. EMPATÍA. El profesional conocerá a la persona de modo que puede entender o comprender ciertas situaciones antes de que sucedan. Muchos usuarios no pueden hablar para expresarse, o tienen dificultades de movimiento, o no son conscientes de determinadas cosas, etc. El profesional se pone en su piel, y entiende que debe actuar en consecuencia. Desde poner o quitar ropa cuando hace frío o calor, hasta darse cuenta de que una situación puede ser incómoda e intentar ayudarle a salir de ella. Es común que estas personas tengan ciertos problemas personales y haya situaciones que le incomoden, o debido a sus enfermedades haya ciertos aspectos que hay que cuidar, como por ejemplo, quitarle importancia a orinarse encima, o a sufrir un ataque de epilepsia, o a caminar muy despacio, etc. Las familias y demás cuidadores de la persona en cuestión ceden la guardia y custodia de su familiar durante un tiempo determinado al profesional, y éste coge la posición de familia o persona de referencia, por lo que actúa como si de su familia o de él mismo se tratase. 3. INDIVIDUALIZACIÓN. El profesional trata a cada persona de forma personalizada según las características y las necesidades de la misma. El profesional adapta su personalidad y modifica su manera de trabajar, dependiendo de la persona de la que es responsable en cada momento. Es evidente el gran abanico de posibilidades que encontramos en VITA, desde niños a mayores, diversidad funcional, personas con problemas de comportamiento, Autismo, Ceguera, Sordera… Cada persona es diferente e importante, y se persigue darle el trato más individualizado y adaptado a cada una de sus necesidades y sus gustos personales. 4. FLEXIBILIDAD. El profesional es capaz de adaptarse a cualquier circunstancia, tanto de la persona de la que es responsable, como de sus familiares y personas de referencia, adaptándose a sus necesidades cuando sean necesarias. Por ejemplo: un día hay que recoger a una persona en su centro y llevarlo al médico, y otras hay que recogerla en casa de algún familiar, o a una persona le gusta ir a un determinado sitio, pero de repente le deja de gustar y quiere ir a otro, etc. Se trata de apoyar a la persona y a sus familias en todo cuanto les sea preciso y en el tiempo y forma que ellos demanden. El profesional está preparado para realizar el servicio que se pide o de buscar una alternativa en caso de no poder realizarlo. También está preparado para modificar horarios, itinerarios, y metodología según precise la familia o persona con la que trabaja. 5. PROFESIONALIDAD. Cada profesional está especializado en una rama diferente y cada uno controla cada uno de los aspectos importantes de la misma. Por ejemplo: los que cuidan de niños están preparados para solventar algún accidente que pueda ocurrir jugando, entienden de alimentación equilibrada, refuerzos educativos, resolución de problemas, etc. Los que cuiden a personas mayores, conocerán las patologías de las personas con las que trabajan, sus consecuencias, sus necesidades, la forma más adecuada de tratarles, la importancia de las medicaciones, el ritmo adecuado de trabajo, la importancia del apego, etc. Todos los profesionales saben identificar cualquier situación, relacionada con la enfermedad en cuestión y otras circunstancias, y trabajar en consecuencia. Esto es fundamental en todos los casos, pero se hace primordial en caso de personas que sufren epilepsia, problemas cardíacos, fallos respiratorios u otro tipo de patologías que necesitan unos cuidados determinados. 6. PROTECCIÓN. Durante el tiempo que el profesional se encuentre al cuidado de una persona, éste se convierte en su máximo protector, velando por todas y cada una de las situaciones o personas que puedan ser perjudiciales para ella. Desde el cuidado de posibles peligros en el transporte (público o privado), hasta la protección de personas extrañas, su seguridad en ambientes poco usuales o el uso correcto de ayudas técnicas, son algunos de los ejemplos en los que el profesional es responsable de la persona con la que se encuentra en ese momento. La protección es una protección íntegra, tanto de su estado físico, como circunstancias emocionales o situaciones que puedan alterar su estado de bienestar. 7. RESPETO. Es la base de todos los principios. Las relaciones que se mantienen entre profesional – persona a la que atiende- familiares/centros se basa en el respeto mutuo y sobre este respeto se sostienen el resto de principios. El profesional tiene claro que debe respetar a la persona a la que cuida, pues ella es la que marca como se realiza el trabajo, así como las pretensiones y los deseos de las familias y los centros. El profesional puede aconsejar qué es lo que considera mejor en cada momento, sobre todo cuando él es el responsable de la situación, pero no impone su opinión, y respeta cualquier decisión sobre la persona en cuestión. Ni que decir tiene que la relación entre el profesional y la persona a la que atiende se basa en el respeto y se trabajará en todo momento con cariño, sensibilidad y paciencia. 8. CONFIDENCIALIDAD. Es fundamental el conocimiento adecuado de la persona para que el profesional realice su trabajo del modo más adecuado posible y no haya ningún aspecto que pueda ser perjudicial para la persona por desconocimiento del profesional (por ejemplo, si un niño es diabético y el profesional no lo sabe, el niño puede resultar perjudicado si se le da algún tipo de dulce). VITA se compromete a preservar todos los datos personales, familiares, históricos, médicos, etc. que una persona tiene y que deberá ser remitida con la mayor precisión para un mejor conocimiento de la persona a la que va a atender. Todos los datos recopilados sólo se intercambiarán con las familias, los responsables de cada centro y/o los profesionales autorizados para ello (médicos, enfermeras, etc.), respetando la Ley de Protección de Datos que rige en nuestro sistema legislativo. Del mismo modo, el profesional se compromete a respetar los datos personales a no ser que sean estrictamente necesarios, evitando cualquier situación que pueda ser perjudicial para la persona y los prejuicios que puedan derivar de la misma. 9. COMPROMISO. VITA se compromete a cumplir con el servicio que se ha contratado de una forma eficaz y eficiente, respetando los tiempos y horarios de la persona a cuidar, así como los de sus familiares, cuidadores o tutores. También se compromete a informar de cualquier tipo de incidencia que pueda ocurrir en el transcurso del servicio y comunicar cualquier tipo de dato que sea importante o que crea que puede ayudar a la persona desde ese momento en adelante (por ejemplo: si el profesional ve que merendando con una persona mayor ésta se atraganta con el café, y en principio no tiene noticias de que lo haga habitualmente, lo comunicará a la persona de referencia para que tenga constancia y observe si se trata de un hecho aislado, es consecuencia de algún percance momentáneo (obstrucción de las vías respiratorias por un resfriado puntual), o es un dato que debe observarse de ahora en adelante. 10. CONTROL Y SEGUIMIENTO. Todos los servicios que realiza VITA son supervisados por un equipo de especialistas en la materia, que revisa el trabajo realizado por el profesional, así como el grado de satisfacción de las familias o referentes y de la persona en cuestión (si pudiera comunicarlo). El profesional también realizará un seguimiento del trabajo que ha realizado, de las incidencias que ha tenido, así como la información relevante y lo entregará a VITA para su pertinente archivo. .

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